LA ESPERANZA CALZA UN VEINTISEIS // Nuria Atienzar

LA EDUCACION PARA EL CAMBIO


La autora me lo regaló en una clase de yoga donde ella es la profesora. Al parecer lo escribió cuando fue madre primeriza y quería expresar el cambio que tiene que dar la educación de nuestros hijos para que realmente se eduquen en los buenos valores que nos acercan a la verdadera felicidad y no la gran mentira que nos ha vendido la sociedad moderna. De que los niños, poseedores de esa felicidad primigenia la pierdan conforme pase el tiempo y vean la verdad de la vida. Por eso es muy importante educarlos en los valores reales de la felicidad que todos deberíamos tener, no los impuestos por la sociedad, de la que solo somos productos para generar beneficio.

Y es esa sociedad la que nos manipulará y hará pedazos nuestro potencial para convertirnos en peones a merced del sistema, quitándonos nuestra identidad y creando una insatisfacción en nosotros que nos llevará por el camino de la amargura y destrozará para siempre el sueño de lo que realmente podríamos haber sido. De esto, Nuria menciona una frase: "Temo pensar que algo o alguien tenga más poder sobre ti que tú mismo".

Vivimos para el futuro, para llegar a una meta que puede estar representada con riquezas y poderes; esos objetivos que nos traerán la "felicidad" y, una vez conseguida tendremos el ansia de llegar a otra, y así continuamente, con lo que al final esperamos más del futuro que del presente, no vivimos aquí sino allí, y es un verdadero problema el que empecemos pensando de esa forma.

Nos hemos introducido tanto en el sistema que ya lo vemos todo desde su punto de vista. Encerrados en esa jaula que nace en nuestra mente y de la que es muy difícil, pasado el tiempo, salir. En el ensayo Nuria se refiere a la religión, la economía o la cultura como constructos que nos hacen pensar que son a los que debemos sumisión, preguntándose ¿porqué no podemos ser nosotros más importantes que ellos?, pues parece que vivimos para ellos siendo una presa fácil y dócil, siendo nosotros mucho más importantes.

Para la educación de nuestros hijos debemos aprender aspectos que nada tienen que ver con ella. Nosotros los adultos tenemos que aprender antes de inculcar. Y todo ello se basa en un error generalizado en todo el mundo: el desconocimiento y la incomprensión sobre uno mismo. Pues, como dijo Séneca y se cita en el libro: "el hombre más poderoso es el que se gobierna a sí mismo".

Es un libro para releer y poder conocer la manera de transitar los caminos de la vida de la mejor manera, para transmitírsela a nuestros hijos para que construyan una sociedad decente. Es una lástima que no sea así, pues en esta sociedad moderna y contaminada con lo artificialmente impuesto a lo real, no podemos esperar nada mejor hasta que decidamos dar el cambio. Es muy drástico que, como casi todo en la vida, no nos demos cuenta hasta que ya es demasiado tarde. Ese es el problema del hombre, pensar en su momento y no en el momento. 
Cuando lo leí me pareció muy negativista, (como esos documentales sobre el cosmos o el calentamiento global que te dejan mal el estómago al predecir catástrofes inevitables) pero he aceptado que es la realidad, la verdad sobre el mundo y sus gentes y me entristece, porque creo que nada va a cambiar tan drásticamente en poco tiempo. Poco a poco se puede conseguir, pero en ocasiones el tiempo se alarga demasiado y la gente se cansa y lo deja todo al no tener recursos y deseo de hacerlo. 

La sociedad avanza a paso de gigante para ofrecernos más comodidades y objetivos que nunca, pero a la vez nos está convirtiendo en sujetos más fáciles de controlar. En este momento propongo releer la famosa frase de "tiempos difíciles crean hombres fuertes; hombres fuertes crean buenos tiempos; buenos tiempos crean hombres débiles; hombres débiles crean tiempos difíciles".
¿Porqué los buenos tiempos crean hombres débiles? Ahí está la cuestión, y la verdadera culpable de todo es la ya conocida sociedad moderna. Debemos aprender a educar a nuestros niños en valores propios de la naturaleza interior de cada uno, pero antes que eso somos nosotros los que debemos aprender a ser mejores seres humanos y caminar libres por la senda de la verdad y la felicidad, lejos de imposiciones, deberes y obligaciones creados por un orden superior para satisfacerlo. 

La esperanza está en los niños. De nosotros depende el cómo afronten la vida que les espera y el cómo pueden cambiarlo absolutamente todo.

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