EL HECHICERO // Vladimir Nabokov

LA FRÁGIL RED

El Hechicero es una especie de precuela de su mas famosa novela Lolita. Según el propio escritor, fue la "primera palpitación de Lolita", y como ésta, cuenta la historia de obsesión de un hombre maduro con una niña pequeña. Es la primera novela que leo de este autor y me ha resultado algo difícil de leer, lioso (dentro de unos parámetros quiero decir) porque es una lectura compleja donde el tema principal se sobreentiende y comprendes por donde quiere ir la lectura, pero a la vez hay muchas cosas que escapan a mi comprensión, en tanto por los tecnicismos usados en diferentes situaciones como por lo que quieren transmitir, aún entendiendo las palabras. 

Yendo al tema del relato, Nabokov me hace plantearme una cuestión sobre el porqué de ese deseo de alguien con plena madurez mental y física de obsesionarse con jóvenes prepúberes. Cada uno puede interpretar el significado del deseo como quiera pero hay ciertas cuestiones morales que me hacen vacilar sobre mi pensamiento acerca de él. Por un lado creo que la ambición por alguien, en este caso una niña menor de edad, no es síntoma de algo más grave. Llega un momento donde no es amor, ni sexo, ni deseo (en algunos casos), es el fijo y puro sentimiento de apreciación de la mujer en cada una de sus etapas de la vida, o de figura humana procreadora de vida, o de admiración por la figura de la mujer en general. 

Puede verse el deseo por una mujer en mente hasta el extremo de obsesionarse con ella fuera de lo común: quererla, buscarla, perseguirla, escudriñarla, observarla...pero, en el momento en que se está cerca de ella, a su lado, o solamente hablando con ella, esa sensación desaparece de un plumazo y entra en escena la ética de uno y no se pretende ir más allá, como si tu yo interior hablara y te dijese que nada en adelante esta bien. Por eso entendí que a veces no amamos directamente a ciertas personas, solo las queremos tener cerca o verlas, para que con el solo roce de la mirada en ellas se nos haga más factible nuestro día a día. Todo esto es a mi juicio, dado a entender en algunas situaciones, pero, como se verá en el relato, puede o no ser así.

Corto pero intenso,  El Hechicero me ha llevado por la senda del deseo hacia, en este caso, lo prohibido y lo que no hay que dejar entrever desde el instinto primitivo de nuestra agitada mente.

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