LA NOCHE DEL AGUAFIESTAS // Antón Arrufat

LA REALIDAD PALPABLE

Es una gran novela de diálogo indirecto donde todo converge en torno a un personaje ficticio llamado Aristarco Valdés, El Aguafiestas, siendo este el principal interlocutor de las historias de los demás personajes. La novela sucede en La Habana, Cuba, en una noche en que unos amigos se reúnen para conversar mientras caminan por la ciudad. La novela se extiende a toda esa noche.
Aquí entra lo principal de la novela: la conversación. La conversación con todo lo que vayan viendo o pasando por su larga caminata. Capturar el tiempo es, para mí, una gozada, porque es el describir vivo y continuo de las gentes sobre la vida misma, sobre cualquier objeto de ella. Y me ha llegado por eso, por ese calor al contacto con los demás, encima en estos tiempos en que no debemos juntarnos. Se puede conocer mucho mejor a alguien no por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta. En la novela yo diría que los protagonistas hablan en un lenguaje filosófico, intelectual, que hace que me pregunte más por lo relatado. 

Por poner un ejemplo, al empezar la novela el grupo de amigos va a cenar a un restaurante donde piden entre otras cosas camarón. Vale, pues ese mismo plato es objeto de discute por muy trivial que parezca y llega a ocupar página y media. Cuando lo lees y piensas «¿que podemos sacar en claro de los camarones para ocupar varios párrafos del capítulo?», y yo digo «pues nada», pero ahí Antón Arrufat nos provee de la rica narrativa propia y nos hace ver la "chicha" en el diálogo; el ver que no son palabras escritas, habladas al azar; nos hace estar en ese restaurante, sintiendo el olor de aquella comida china, con las risas de Aristarco deleitando los oídos de los demás y el color rojo de los farolillos reflejado en la mesa de los comensales. Es en ese momento en que puedo decir que si nadie me dice nada de aquí en adelante en la lectura, podría estar leyendo y leyendo hasta perder la noción del tiempo y el espacio. 

Otro momento de la novela (sin inmiscuirme mucho por no hablar demasiado y hacer spoiler) es la obsesión de uno de los protagonistas con un cuadro del siglo XIX donde aparece retratada una mujer. Con ella, mantiene una relación de pasión que le lleva a imaginarse situaciones eróticas. Me hace imaginarme el delirio de alguien que no ha sido nunca amado o vagamente rechazado, creando disposiciones donde uno acaba tocando y sintiendo el calor de su anhelo tanto tiempo oculto en la madeja que ha sido su mente.

La Noche del Aguafiestas es un libro que por el momento no volveré a leer entero pero si retornaré la mirada hacia algunos capítulos donde sentí más que leí, aprendí más que imaginé, y donde volvería las veces que hiciera falta.

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